En el momento en que acontece un suceso doloroso que provoca un shock emocional, un sufrimiento, es difícil situarse en condiciones de aceptarlo. Mas bien sucede al contrario, y son la rebelión y la ira las que se abren paso; luego, algunas veces, la idea de venganza.
De la forma en que han sucedido las cosas, el ego, guiado por nuestros recuerdos, nos da la idea de una cierta realidad. Ésta se convierte en " nuestra" realidad, y, más de las veces, jamás hemos aceptado que las cosas hayan pasado así. No habíamos comprendido que esta "realidad" sólo existía en nuestra cabeza y, por lo tanto, también todos los juicios que se derivaban de ella.
Aceptar los acontecimientos tal y como han pasado porque forman parte del orden divino es el primer paso hacia el perdón. Aceptar es ya perdonar.
Jean Graciet
Cuaderno de ejercicios para Perdonar según Ho´oponopono
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