Cerca ya de la meta
en la orilla del tiempo
es vano recordar lo ya ido
ahora olvido la senda.
Los viejos caminos andados
borraron muchas huellas
las viejas estrellas luminosas
su luz han ya apagado.
Puede ser triste la vida
cuando llega la muerte,
y es débil todo lo fuerte,
en la noche entristecida.
Los oídos ya casi sordos
los ojos ya sin luz, ciegos,
las manos torpes sin juego
perdido en nórdicos fiordos.
Camino largo desde nacido a hoy
de ilusiones y desengaños
la existencia de tantos años
sin saber tantas veces dónde voy.
Sin ti ni yo, la paz estremecida
olvidado del ayer y del mañana,
rendido en esta hora soberana,
¡Qué hermosa fue, qué feliz, la vida!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario