domingo, 29 de abril de 2012

¿Qué es la paz?

Para nosotros la PAZ, es la paz interior. Es un estado de ánimo, un estado de conciencia superior, donde no existen  palabras o pensamientos, ni culpa ni quejas, ni conflictos, no hay separación o juicios, ni interpretaciones - que ocupa un momento eterno.

Esta paz es un regalo de Dios, nuestro Creador y está siempre con nosotros, y no tiene nada que ver con los acontecimientos externos o el estado de nuestros cuerpos. Se trata de una conciencia donde tu te sientes seguro, cariñoso, amado por completo y sosegado. Es un lugar donde no existen exclusiones de tu amor y que experimenta una unidad que no tiene principio ni fin. Este estado de paz interior está tan entrelazado con el Amor y la Alegría que no se puede separar el uno del otro, porque son Uno y son lo mismo. Se trata de un estado mental que experimenta  la presencia celestial.

La paz es un estado de conciencia que está más allá de cualquier palabra que pudiera describirla y que es Una con su Fuente. Es un estado mental donde sólo existe luz y no oscuridad, dolor o sufrimiento. Se trata de un estado de abandono en donde no existe deseo de hacer daño a otros o a ti mismo. Es un estado donde no existe nada de valor, excepto la Paz, la Alegría y el Amor que eres. Se trata de una conciencia donde se funden  en uno el  espíritu y el alma y donde la esencia de la Paz, la Alegría y el Amor son conocidos como nuestra única verdadera identidad, más allá de las creencias.

Jerry Jampolsky, M.D. and Diane Cirincione, Ph.D.

lunes, 9 de abril de 2012

Salve Marciana


La Salve Regina ha sido una de las oraciones más difundidas en la Iglesia Católica hasta hoy. Desde su origen en el siglo XI ocupa un lugar muy destacado en el oracional cristiano, ya como oración rezada ya como canción. La atracción de su melodía y letra parece haber encantado a muchos fieles que a lo largo de los siglos han encontrado en ellas un medio para expresar su piedad filial a la Madre de Misericordia.

Desde la vivencia de la Curación de actitudes podemos cambiar nuestro modo de orar, cual sea la religión que profesemos. Podemos convertir una oración en una aclamación al Amor, al Creador,   no importando la situación en que nos encontremos; cargada de positivismo, de paz, esperanza y de alegría.

A continuación les presentamos la Salve Regina original y luego la Salve Marciana. 





Salve Regina 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida y dulzura, esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva.
A ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.
Y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima!,¡oh piadosa!,oh dulce Virgen María!

SALVE MARCIANA

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida y dulzura, esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti te bendecimos los hijos amados de Dios.
A ti miramos, felices y cantando
en este valle de paz y amor.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra
vuelve a nosotros esos tus ojos amorosos.
Y al final de este largo viaje,  muéstranos a Jesús
fruto bendito de tu vientre.

 ¡Oh clementísima!,¡oh piadosa!,oh dulce Virgen María!


 

CRISTO RESUCITADO (por Padre Marciano García o.c.d)


Cristo resucitado, tan lleno de luz, tan pacificado, tan amoroso, se hace muy difícil sentir tu presencia gloriosa. Tú tan lejos ya  de la cruz, tú tan lejos ya del sufrimiento, tú envuelto en la divina luz de la gloria, y nosotros tan llenos de cruces,  tan lejos de tu paz, de tu alegría, tan opacos. 


¡Oh Cristo resucitado! quizá sea que no acabamos de creer que hemos resucitado contigo. Podría ser que no hemos resucitado realmente contigo, podría ser que sumidos en meditaciones sombrías, tristes, dolorosas, nos hemos hecho incapaces de pasar de la muerte a la vida. No hemos sabido hacer esa pascua, ese paso.

Cristo resucitado, dinos otra vez que no tengamos miedo, que vamos a estar contigo en el paraíso; repite tu exhortación de nuevo, que nos alegremos. ¿De qué nos sirve creer en tu resurrección, si continuamos abatidos por el miedo? ¿De qué nos sirve creer que tú vives, si continuamos tristes, sin alegría, sin paz, sin amor?

Cristo resucitado, llámame a ti, a tu alegría, a tu paz, a tu gloria!!


Para conocer más escritos  de nuestro facilitador, Padre Marciano García, visita su blog llamado FELICIDAD.